Thursday, February 22, 2007

Mandalas del Desierto









Saturday, November 04, 2006

Wednesday, October 18, 2006


EL "CENTRO"



El centro dirige todas las cosas mediante su “actividad no actuante”, por su no manifestación es el Principio del que derivan todas las actividades particulares. RG

“El Principio es siempre no actuante, y sin embargo todo es hecho por él”. Lao Tse. Tao Te King XXXVII

El sabio perfecto es aquel que ha llegado al punto central y permanece en él en unión indisoluble con el Principio. RG


“El que ha llegado al máximo del vacío, quedará fijado sólidamente en el reposo, regresar a su raíz (centro) es entrar en el estado de reposo” Tao te King XVI

El “vacío” de que se trata es el desapego completo con respecto a todas las cosas manifestadas, transitorias y contingentes, desapego gracias al cual el ser escapa de las vicisitudes de la “corriente de las formas”, de la alternancia de los estados de “vida” y “muerte”, de “condensación” y “disipación y pasa de la circunferencia de la “rueda cósmica” a su centro, que se designa como el “vacío” (lo no manifestado) que une los radios y hace con ellos una rueda”. Tao Te King XI


Situado en el centro de la "rueda cósmica", el sabio perfecto la mueve invisiblemente, con su sola presencia, sin participar en su movimiento, y sin tener que preocuparse por ejercer ninguna acción. RG

El ideal es la indiferencia (el desapego) del hombre transcendente, que deja girar la "rueda cósmica". RG

En el punto central, todas las distinciones inherentes a los puntos de vista exteriores han quedado atrás; todas las oposiciones han desaparecido y se han resuelto en un perfecto equilibrio. RG



“En el estado primordial estas oposiciones no existían. Todas derivan de la diversificación de los seres y de sus contactos por la rotación universal. Si la diversidad y el movimiento cesaran, ellas cesarían. Dejan de golpe de afectar al ser que ha reducido su yo distinto y su movimiento particular a casi nada. Este ser ya no entra en conflicto con ningún ser, porque está establecido en lo infinito, difuminado en lo indefinido. Ha llegado al punto de partida de las transformaciones, punto neutro en el que no hay conflictos, y se mantiene en él. Por concentración de su naturaleza, por la reunión de todas sus potencias, se ha unido al principio de todas los génesis. Su naturaleza está entera (totalizada sintéticamente en la unidad principal) y su espíritu vital está intacto; por eso ningún ser puede hacer mella en él” Tchoang-tseu, cap XIX


“El hombre absolutamente simple somete por su simplicidad a todos los seres..., de modo que nada se opone a él en las seis regiones del espacio, nada le es hostil, el fuego y el agua no lo hieren” Lie-tseu, cap II

Del centro parten las seis direcciones, que oponiéndose dos a dos, representan todos los contrarios, y a él regresan también, por el movimiento alternativo de expansión y concentración que constituye las dos fases complementarias de toda manifestación. RG

El movimiento de retorno hacia el origen, es la vía que sigue el sabio para llegar a la unión con el Principio. RG



“Su punto de vista propio es un punto del que esto y aquello, sí y no, no parecen haberse distinguido aún. Este punto es el pivote de la norma; es el centro inmóvil de una circunferencia sobre cuyo contorno giran todas las contingencias, las distinciones y las individualidades; desde el cual no se ve más que un infinito, que no es ni esto ni aquello, ni si ni no. Verlo todo en la unidad primordial todavía no diferenciada, o desde una distancia tal que todo se funde en uno, ha aquí la verdadera inteligencia” Tchoang-tsu, cap II


Todas las citas son sacadas textualmente de "El Simbolismo de la Cruz", cap VII La resolución de las oposiciones, René Guenón.

Sunday, October 01, 2006

CENTRO Y CIRCUNFERENCIA

Una de las formas que se han usado en prácticamente todas las antiguas tradiciones para entender la existencia, ha sido a través del simbolismo que contiene el centro y la circunferencia, el núcleo y la corteza o lo que también han llamado la “rueda de las cosas”. A través del entendimiento de esta relación se puede entender como es todo, la relación entre lo externo y lo interno de la vida, lo exotérico y esotérico de la experiencia, lo permanente y lo cambiante, el macrocosmos y el microcosmos.

El centro es lo permanente, lo inmutable, lo eterno, aquello que nunca cambia, el centro es la Unidad Primordial, el Principio que lo es todo, es la Verdad o realidad esencial que no tiene dualidad ni diversidad. A través del silencio se experimenta el centro. El centro lo es todo y es lo único que hay.

El centro se manifiesta hacia todas direcciones creando así la circunferencia, manifestándose, multiplicándose, entonces es donde las diferentes formas aparecen, siendo múltiples los modos de expresión y variando indefinidamente para adaptarse a las circunstancias de tiempos y lugares. La circunferencia es la proyección del centro, es el reflejo de una de sus particularidades específicas.

En la circunferencia se encuentran infinidad de puntos manifestados, tantos como números puede haber, y son completamente dependientes del centro sin el cual no existirían y no tendrían razón de ser. Así todo lo manifestado (circunferencia) es un reflejo particular de un aspecto del Principio Primordial (centro).

En la circunferencia se encuentra la diversidad de las formas, de los estados del ser, de las posibilidades, de los mundos. Es cambiante, está en constante movimiento y transformación, muta, se contradice, se polariza, se complementa, se opone. En la circunferencia está lo que existe y las posibilidades de existencia; se subdivide, se define, se individualiza.

Hay un solo centro, pero hay infinidad de circunferencias, de mundos, de planos, de realidades, de dimensiones.

Todo gira alrededor del centro, todo vine de él y va hacia él.

Una circunferencia, mientras mas cercana al centro menos múltiple, mas identificada con él. Mientras mas alejada mas movimiento y el centro es menos presente, mas multiplicidad con la que identificarse.


Entre el centro y la circunferencia están los radios, que son infinitos también y que corresponden uno a cada punto de la circunferencia. Estos radios son los caminos hacia la Unidad que varían también dependiendo de las circunstancias de tiempos y lugares, que tienen la función de, en el peor de los casos, mantener a los puntos manifestados ligados al centro y en el mejor de los casos, servir como guía para llegar él.

Con esto sabemos que el Ser Humano no es mas que un reflejo de la Unidad Principal, tan solo una de sus tantas extensiones; que es completamente dependiente del centro, que no es ni autónomo ni tan individual como se ha creído el hombre moderno.

Por la “ley de la correspondencia” que es el fundamento de todo simbolismo, esta relación centro-circunferencia se puede leer en todo lo que existe, desde una célula, un fruto, una flor, un árbol, nuestro cuerpo, el planeta Tierra, el sistema solar, la galaxia y el universo, por mencionar algunos ejemplos del mundo sensible.


En otros planos por ejemplo, en la doctrina Islámica, la circunferencia o corteza es la shariyah que es la ley religiosa exterior que está dirigida a todos y está hecha para ser seguida por todos, el centro es la haqiqah que no está al alcance de todos sino que está reservada a los que saben descubrirla bajo las apariencias y alcanzarla a través de las formas exteriores que la revisten. La shariyah esconde la haqiqah y quien logra superar esta apariencia y atraviesa la corteza de la shariyah, descubre el radio o la tariqah que le corresponde a su propia posición sobre la circunferencia, entonces podrá librarse de la rotación indefinida y solo tendrá que seguir el radio para ir hacia el centro. La shariyah es el aspecto exotérico y en el momento que se toma la tariqah se penetra en lo esotérico, el centro o haqiqah está mas allá de ser externo o interno, pues es lo que manifiesta a ambos.

Para los antiguos chinos, esta relación se expresó en el Taosimo y en el Confucianismo, siendo el Taosimo la doctrina para llegar a estar en el centro, y el Confucianismo como una estructura social encargada de mantener los radios y con ello la liga al centro. El Taoismo sería lo esotérico y el Confucianismo sería lo exotérico. El centro es el Tao.

“...cada cosa, al proceder esencialmente de un principio metafísico del que recibe toda su realidad, traduce o expresa ese principio a su manera y según su orden de existencia, de modo que, de un orden al otro, todas las cosas se encadenan y se corresponden para contribuir a la armonía universal y total, que es, en la multiplicidad de la manifestación, como un reflejo de la propia unidad principal. Por eso las leyes de un ámbito inferior siempre se pueden ver como símbolos de las realidades de un orden superior”. René Guénon “El Simbolismo de la Cruz”.

Sunday, September 17, 2006

La Tradición como Respuesta.

Según René Guénon, la “modernidad” es el producto de una degeneración relativamente reciente debida a la incomprensión de las antiguas tradiciones[1], resultado de haber puesto su foco de atención exclusivamente en las limitadas capacidades de la razón humana. Guénon en “La Crisis de la Modernidad” desnuda el pensamiento occidental y la modernidad, y la expone como la “anormalidad” del ser humano, siendo lo “normal” lo que las tradiciones en todo el mundo han y habían desarrollado. A este respecto yo me encontraba equivocado.

Había expuesto en anteriores intervenciones sobre la necesidad de integrar el aspecto contemplativo de Oriente y el aspecto activo de Occidente, como si Occidente fuera la contra parte de Oriente, mas según Guénon esto no es así, sino que Occidente necesita ser como Oriente; como Occidente mismo fue hace cientos de años teniendo su última expresión en la Edad Media. Esto es poner su confianza en los conocimientos metafísicos y espirituales para desde ahí formar su base como sociedad. Así, a lo largo de su obra, Guénon habla del Islamismo exotérico y esotérico (el primero dependiendo del segundo), habla sobre el Confusionismo y Taoismo (dependientes de la misma forma) y otras tradiciones como el Hinduísmo, la francomasonería, el hermetismo y el esoterismo cristiano, las cuales todas, desde sus formas exotéricas expresadas en las religiones, cómo en sus formas esotéricas expresadas en los caminos espirituales personales, buscan el mismo fin: el conocimiento verdadero, la identificación con la Unidad.

A Guénon se le escapan las tradiciones americanas, teniendo entre nosotros un abanico maravilloso que aun se conserva en algunos rincones de América y que buscan exactamente lo mismo. El maestro Aukanaw, Maestro Mapuche a quién he estado leyendo a través de la página www.geocities.com/aukanawel y que Felipe me ha confirmado su veracidad, les llama a estas sociedades: sociedades hierocéntricas, (del griego hieros = sagrado) en las que el eje de todas las actividades es los sagrado. El mismo Aukanaw hace paralelismos entre procesos iniciáticos idénticos o muy similares con las tradiciones antes mencionadas; y es que para Guénon por ejemplo, solo existe una sola Verdad cognoscible, lo que tiene ligeras variaciones es su acercamiento en el mundo de las formas.


En estas sociedades hierocéntricas, donde su estructura está basada en un conocimiento de orden superior al humano, cada una de las actividades humanas está alineada con el fin de acercarse cada vez mas a ese Principio Unico, a lo Eterno, a lo Permanente, a lo Inmutable, en otras palabras: al Centro. Así cada oficio, por ejemplo, en su que hacer contenía un conocimiento que se vinculaban con los mismos conocimientos inciciáticos[2]. Antiguamente había poca distinción entre ciencia, oficio y arte, pues todas estaban vinculadas a los conocimientos trascendentales y todo buscando el mismo fin trascendental. Así el arte era y es en estas tradiciones tan solo un soporte para ayudar a alcanzar dicho fin.[3]


Dice Guénon sobre las artes: - lo que entonces constituye su valor verdadero, no es tanto lo que son en sí mismas, sino las posibilidades de expresión que proporcionan, más allá de aquellas a las que se limita el lenguaje ordinario. En una palabra, sus producciones están destinadas ante todo para servir de “soportes” a la meditación, de “puntos de apoyo” para una comprensión tan profunda y tan amplia como sea posible, lo cual constituye la razón misma de ser de todo simbolismo; y todo, en ella, hasta en los mínimos detalles, debe estar determinado por esta consideración y subordinado a este fin, sin ninguna añadidura inútil desprovista de significado o destinada a jugar un papel simplemente “decorativo” u “ “ornamental” Mas adelante dice: - Evidentemente, aquí una vez más, la geometría debe de ser considerada de una forma muy diferente de cómo la consideran los matemáticos profanos ...que quieren atribuir a esta ciencia un origen “empírico” y utilitario; tenemos en ello un ejemplo de cómo las ciencias están ligadas entre sí desde el punto de vista tradicional, a tal punto que se las podría incluso considerar a veces como solo siendo de alguna manera las expresiones de las mismas verdades en lenguajes diferentes, lo cual es además solo una consecuencia muy natural de la “ley de las correspondencias” que es el fundamento propio de todo simbolismo[4]-.-

El mundo de las formas.

Tenemos entonces el Principio Inmutable manifestado, entre otros, en este mundo de las formas. El ser humano tiene la capacidad de percibir tanto el mundo de las formas como mundos que escapan a estas; mundos mas allá de lo humano, siendo todas proyección del mismo Principio en distintas dimensiones. El mundo humano es tan solo un estrato en relación directa con todas las demás, sin embargo el hombre occidental solo puede percibir una, la de las formas, en la que nos encontramos atrapados. Algunos chamanes las llaman “realidades no ordinarias” solo perceptibles bajo el desarrollo de los “estados múltiples del ser”[5]
Sin embargo, desde mi punto de vista, es en este mundo de las formas donde se encuentra el mayor problema actualmente. En el que cada una de las formas las hemos desvinculado de los principios trascendentes y sagrados a diferencia de las culturas hirocéntricas. Y me parece que podemos comenzar a cuestionarnos y replantear cada una de las forma en la que hacemos las cosas y comenzar a reconocer su aspecto sagrado. Desde el comer, saludar, amar y trabajar, al relacionarse, conocerse, desarrollarse y vivirse.

Para poder restaurar el aspecto sagrado en la cotidianidad, en realidad se debería de ser un conocedor del conocimiento mismo que contienen las tradiciones. Por lo pronto no es el caso pero creo que se puede comenzar a experimentar y conforme se vaya adquiriendo mas conocimiento ir perfeccionando las mismas formas propuestas. En todos los procesos de estas mismas tradiciones, el punto de partida para llegar a dominar los “estados múltiples del ser” osea irse integrando hacia la Unidad, es el desarrollo de todas las posibilidades contenidas en la individualidad humana[6]. Por lo que creo se podría plantear, como principio, que cada una de las nuevas formas propuestas ayudara a desarrollar alguna de las múltiples posibilidades del ser humano.


Cabe mencionar que esta propuesta tan solo se enmarcaría, por lo pronto, en el mundo de las formas o el mundo de la multiplicidad, el único que a la fecha podemos percibir y a través del cual algunas personas con mucho trabajo pueden romper esa ilusión y alcanzar a percibir mas allá. Pero lo que quiero decir es que todos los medios de soporte (como les llama Guénon) como el arte, la ciencia, los ejercicios de respiración y de concentración, los ritos, los mantras, etc., pertenecientes a cada una de las tradiciones, no actúan solamente en el mundo de las formas, sino que por esta “ley de correspondencia” están diseñados, si se pudiera decir así, en correspondencia con otros aspectos superiores de la realidad y no solo eso, diseñados para ayudar a alcanzar el fin último: la liberación total. Poco a poco se puede ir llegando mas lejos.



[1] René Guénon “La Crisis de la Modernidad”
[2] Artículo “Las Artes y su Concepción Tradicional”, publicado en Miscelánea, París, Gallimund 1990
[3] René Guénon “La Metafísica Oriental” Sophia Parennis
[4] Artículo “Las Artes y su Concepción Tradicional”, publicado en Miscelánea , París, Gallimund 1990
[5] , 6 René Guénon “La Metafísica Oriental” Sophia Parennis



Bocetos usando el principio del Centro y Circunferencia.

Experimentos formales empezando a incursionar en la acuarela de forma muy básica y avanzando poco a poco. Se podrá ver la evolución de abajo hacia arriba.

Los primeros de 13 x 13 cms y los últimos de 20 x 20 cms.

Los últimos dos ya con la posibilidad de realizarlos en madera.

Saturday, September 02, 2006



Ejercicio formal con principio de Mandala: del centro hacia fuera pero sin concordancia cósmica conciente.

Juego de lo bidimencional a lo tridimencional.

Juego con escalas.

Wednesday, August 30, 2006





AZUL POSITIVO.
Sobre madera y virtual.
Diciembre 2005
Barcelona