Wednesday, October 18, 2006


EL "CENTRO"



El centro dirige todas las cosas mediante su “actividad no actuante”, por su no manifestación es el Principio del que derivan todas las actividades particulares. RG

“El Principio es siempre no actuante, y sin embargo todo es hecho por él”. Lao Tse. Tao Te King XXXVII

El sabio perfecto es aquel que ha llegado al punto central y permanece en él en unión indisoluble con el Principio. RG


“El que ha llegado al máximo del vacío, quedará fijado sólidamente en el reposo, regresar a su raíz (centro) es entrar en el estado de reposo” Tao te King XVI

El “vacío” de que se trata es el desapego completo con respecto a todas las cosas manifestadas, transitorias y contingentes, desapego gracias al cual el ser escapa de las vicisitudes de la “corriente de las formas”, de la alternancia de los estados de “vida” y “muerte”, de “condensación” y “disipación y pasa de la circunferencia de la “rueda cósmica” a su centro, que se designa como el “vacío” (lo no manifestado) que une los radios y hace con ellos una rueda”. Tao Te King XI


Situado en el centro de la "rueda cósmica", el sabio perfecto la mueve invisiblemente, con su sola presencia, sin participar en su movimiento, y sin tener que preocuparse por ejercer ninguna acción. RG

El ideal es la indiferencia (el desapego) del hombre transcendente, que deja girar la "rueda cósmica". RG

En el punto central, todas las distinciones inherentes a los puntos de vista exteriores han quedado atrás; todas las oposiciones han desaparecido y se han resuelto en un perfecto equilibrio. RG



“En el estado primordial estas oposiciones no existían. Todas derivan de la diversificación de los seres y de sus contactos por la rotación universal. Si la diversidad y el movimiento cesaran, ellas cesarían. Dejan de golpe de afectar al ser que ha reducido su yo distinto y su movimiento particular a casi nada. Este ser ya no entra en conflicto con ningún ser, porque está establecido en lo infinito, difuminado en lo indefinido. Ha llegado al punto de partida de las transformaciones, punto neutro en el que no hay conflictos, y se mantiene en él. Por concentración de su naturaleza, por la reunión de todas sus potencias, se ha unido al principio de todas los génesis. Su naturaleza está entera (totalizada sintéticamente en la unidad principal) y su espíritu vital está intacto; por eso ningún ser puede hacer mella en él” Tchoang-tseu, cap XIX


“El hombre absolutamente simple somete por su simplicidad a todos los seres..., de modo que nada se opone a él en las seis regiones del espacio, nada le es hostil, el fuego y el agua no lo hieren” Lie-tseu, cap II

Del centro parten las seis direcciones, que oponiéndose dos a dos, representan todos los contrarios, y a él regresan también, por el movimiento alternativo de expansión y concentración que constituye las dos fases complementarias de toda manifestación. RG

El movimiento de retorno hacia el origen, es la vía que sigue el sabio para llegar a la unión con el Principio. RG



“Su punto de vista propio es un punto del que esto y aquello, sí y no, no parecen haberse distinguido aún. Este punto es el pivote de la norma; es el centro inmóvil de una circunferencia sobre cuyo contorno giran todas las contingencias, las distinciones y las individualidades; desde el cual no se ve más que un infinito, que no es ni esto ni aquello, ni si ni no. Verlo todo en la unidad primordial todavía no diferenciada, o desde una distancia tal que todo se funde en uno, ha aquí la verdadera inteligencia” Tchoang-tsu, cap II


Todas las citas son sacadas textualmente de "El Simbolismo de la Cruz", cap VII La resolución de las oposiciones, René Guenón.

Sunday, October 01, 2006

CENTRO Y CIRCUNFERENCIA

Una de las formas que se han usado en prácticamente todas las antiguas tradiciones para entender la existencia, ha sido a través del simbolismo que contiene el centro y la circunferencia, el núcleo y la corteza o lo que también han llamado la “rueda de las cosas”. A través del entendimiento de esta relación se puede entender como es todo, la relación entre lo externo y lo interno de la vida, lo exotérico y esotérico de la experiencia, lo permanente y lo cambiante, el macrocosmos y el microcosmos.

El centro es lo permanente, lo inmutable, lo eterno, aquello que nunca cambia, el centro es la Unidad Primordial, el Principio que lo es todo, es la Verdad o realidad esencial que no tiene dualidad ni diversidad. A través del silencio se experimenta el centro. El centro lo es todo y es lo único que hay.

El centro se manifiesta hacia todas direcciones creando así la circunferencia, manifestándose, multiplicándose, entonces es donde las diferentes formas aparecen, siendo múltiples los modos de expresión y variando indefinidamente para adaptarse a las circunstancias de tiempos y lugares. La circunferencia es la proyección del centro, es el reflejo de una de sus particularidades específicas.

En la circunferencia se encuentran infinidad de puntos manifestados, tantos como números puede haber, y son completamente dependientes del centro sin el cual no existirían y no tendrían razón de ser. Así todo lo manifestado (circunferencia) es un reflejo particular de un aspecto del Principio Primordial (centro).

En la circunferencia se encuentra la diversidad de las formas, de los estados del ser, de las posibilidades, de los mundos. Es cambiante, está en constante movimiento y transformación, muta, se contradice, se polariza, se complementa, se opone. En la circunferencia está lo que existe y las posibilidades de existencia; se subdivide, se define, se individualiza.

Hay un solo centro, pero hay infinidad de circunferencias, de mundos, de planos, de realidades, de dimensiones.

Todo gira alrededor del centro, todo vine de él y va hacia él.

Una circunferencia, mientras mas cercana al centro menos múltiple, mas identificada con él. Mientras mas alejada mas movimiento y el centro es menos presente, mas multiplicidad con la que identificarse.


Entre el centro y la circunferencia están los radios, que son infinitos también y que corresponden uno a cada punto de la circunferencia. Estos radios son los caminos hacia la Unidad que varían también dependiendo de las circunstancias de tiempos y lugares, que tienen la función de, en el peor de los casos, mantener a los puntos manifestados ligados al centro y en el mejor de los casos, servir como guía para llegar él.

Con esto sabemos que el Ser Humano no es mas que un reflejo de la Unidad Principal, tan solo una de sus tantas extensiones; que es completamente dependiente del centro, que no es ni autónomo ni tan individual como se ha creído el hombre moderno.

Por la “ley de la correspondencia” que es el fundamento de todo simbolismo, esta relación centro-circunferencia se puede leer en todo lo que existe, desde una célula, un fruto, una flor, un árbol, nuestro cuerpo, el planeta Tierra, el sistema solar, la galaxia y el universo, por mencionar algunos ejemplos del mundo sensible.


En otros planos por ejemplo, en la doctrina Islámica, la circunferencia o corteza es la shariyah que es la ley religiosa exterior que está dirigida a todos y está hecha para ser seguida por todos, el centro es la haqiqah que no está al alcance de todos sino que está reservada a los que saben descubrirla bajo las apariencias y alcanzarla a través de las formas exteriores que la revisten. La shariyah esconde la haqiqah y quien logra superar esta apariencia y atraviesa la corteza de la shariyah, descubre el radio o la tariqah que le corresponde a su propia posición sobre la circunferencia, entonces podrá librarse de la rotación indefinida y solo tendrá que seguir el radio para ir hacia el centro. La shariyah es el aspecto exotérico y en el momento que se toma la tariqah se penetra en lo esotérico, el centro o haqiqah está mas allá de ser externo o interno, pues es lo que manifiesta a ambos.

Para los antiguos chinos, esta relación se expresó en el Taosimo y en el Confucianismo, siendo el Taosimo la doctrina para llegar a estar en el centro, y el Confucianismo como una estructura social encargada de mantener los radios y con ello la liga al centro. El Taoismo sería lo esotérico y el Confucianismo sería lo exotérico. El centro es el Tao.

“...cada cosa, al proceder esencialmente de un principio metafísico del que recibe toda su realidad, traduce o expresa ese principio a su manera y según su orden de existencia, de modo que, de un orden al otro, todas las cosas se encadenan y se corresponden para contribuir a la armonía universal y total, que es, en la multiplicidad de la manifestación, como un reflejo de la propia unidad principal. Por eso las leyes de un ámbito inferior siempre se pueden ver como símbolos de las realidades de un orden superior”. René Guénon “El Simbolismo de la Cruz”.